jueves, 13 de agosto de 2009
Ejercicios
R me reclama porque no hago deporte. Creo que hacer el ejercicio diario de volverse humana debería considerarse como una de esas prácticas. Después de tantas horas de trabajo, de estar preocupada de esto y de esto otro, he tomado decisiones y me he visto en la obligación de implementar una mini rutina antes de dormir, rutina que tiene un propósito claro: humanizarme. Técnica número uno: no encender la televisión. Últimamente la suma TV + cansancio termina en catástrofe. Dos: ver una película buena antes de dormir, aunque tengo que reconocer que por partes porque no me da el cuero para ver una completa. De esta forma, dejo la vida real o la vida televisiva de lado, dando paso a una maravillosa historia de ficción, que si cuenta con un buen director puede ser un deleite para quienes robotizados buscamos un poco de emoción.
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2 comentarios:
el deporte es una práctica exageradamente sobrevalorada (como el inglés, pongámosle): sí, tú dices que las endorfinas y llegar a los ochenta, pero los cien años de soledad sólo eran pasables a punta de pura intriga y entuerto poco sano.
al final, ser roboc es un poco eso: hacer lo que se supone-que-hace-bien para bancarte todo-lo-que-se-supone-que-debes-hacer.
dale con las pelis, amada mía. alabo tu nick actual: algún sanoide debe haber dicho que la noche era para dormir.
Debería considerarse, realmente, como dices Sofi, el ejercicio diario de volverse humana. Es un esfuerzo monumental. Claro que humanizarse no siempre genera hormonas placenteras como ejercitarse. Qué injusto, verdad.
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