Corrí desde Baquedano para encontrarte. ¿Qué hacemos pregunté? Intentando olvidar el dolor de espalda que me impedía caminar bien. Vamos a la Fuente Alemana, respondiste. Uf! que panorama pensé. Sin titubear y procurando olvidar esa desastrosa tarde de miércoles fuimos a disfrutar de un prometedor
Dentro de la Fuente Alemana todo empeoró, el mal día aún me mantenía en un estado de semi histeria. Mientras me hablabas de tu día o tal vez de la Loce, ya no recuerdo, pensaba en llegar a casa y entregarte el regalo que te había confeccionado. Un marco con once fotos que reflejaban tu vida y de paso la mía. Una hora más tarde, cuando por fin te entregue mi regalo, me detuve a mirar quizás por duodécima vez el marco de fotografías, en ese minuto por fin comprendí que es ese pasado el que hoy nos motiva a seguir o por lo menos a intentarlo.
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