domingo, 6 de enero de 2008

2008


Posiblemente Juana María de la Concepción, más conocida como Conny Mendez, tiene razón, todos nacemos con karmas, el mío: no poder dormir. Seguramente en alguna vida pasada perdí demasiado tiempo durmiendo o tal vez fui un oso e inverné cada año. Bueno, lo que si sé es que, a pesar de ser ya de madrugada, de haber trabajado los últimos tres días, de haber despertado a eso de las nueve, mis ojos se niegan y resisten.
Tal vez mi condición de prácticante me motiva a escribir, considerando que no pude escribir mucho en el diario que saldrá en un par de horas. Para ser más sincera, tal vez mi actitud de las últimas horas es la verdadera razón de mi, ya asumido, insomnio. Supongo que a la señora(o) lectora (o) no le gustaría leer tamañas actitudes, de aquellas que terminan resolviéndose con un "lo siento". Por lo mismo, recordemos mejor otras cosas.
La semana que acaba de morir fue bastante particular. Año nuevo, trabajo nuevo, vida nueva. El año comenzó de buena forma, bailé en una singular casa hasta cerca de las siete o tal vez ocho de la mañana. Todo gracias al muchacho rubio y a su amigo de lentes, que decidieron realizar tan magno evento, aunque bueno, sirvió básicamente como lugar de encuentro ¡Así comenzó el 2008! Con unas copas de más, y con una gran sonrisa, la que sólo murió cuando apareció la resaca.
Luego, tres días de trabajo, dolor de espalda: por la silla, y de cabeza: por el aire acondicionado y por la ausencia de lentes, y bueno, por varias cosas más. Sólo M me alegró aquel viernes ¡Que chistoso! dejé hablando sola a mi editora cuando a M se le ocurrió cruzarse por aquella oficina de vidrio. Sus ojos rojos me causaron ternura, para la otra lo invitaré un café.
Hace ya cuatro horas comenzó lo que será la segunda semana del año ¿qué se nos viene? Si lo no sabe una bruja, menos yo. Por lo pronto, espero que la música no me quite el sueño para que mis ojos comiencen a cerrar.

1 comentario:

Annie dog dijo...

yo creo que en la última semana andamos todos haciendo balances de nustros primeros días de practicantes esforzados (lo de explotados se los dejo a los demás, los real explotados: de mi parte sería sólo barsedad). y aunque nada es perfecto, me permito recordar nuestro miedo atroz antes de que esta prueba comenzara y creo que el balance es altamente positivo: todo ha resultado mejor de lo que pensábamos en los días de terror ebrio.
año nuevo, vida nueva, dicen por ahí. en una de esas, un día de este año alcanzaremos a dormir hasta una hora digna, sofío querido.