Las paltas no sólo sirven para comerlas. Hoy aprendí que la palta molida con unos toques de aceite de oliva dan vida a una nutritiva crema. Ahora tengo la piel más suave que hace unos minutos. ¡Esto de tener tiempo!
Esta semana solo que me he dedicado a una cosa, y si bien lo he disfrutado, ya extraño un poco los agetreados días copesinos. ¡Quien lo diría!. Entre el mar humor de mi adolescente hermana y el llanto de mi sobrino, creo que prefiero los gritos de la sección vecina, la presión de C.G y las mañanas de café.
Lo bueno es que no me duele la espalda, no me tirita el ojo izquierdo y no tengo pesadillas, lo malo: no veo a A hace una semana, no he visto a la tierna D, ni a mi quierda K. Creo que es finalmente eso lo que se hecha más de menos.
jueves, 23 de octubre de 2008
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2 comentarios:
Me acordé de los días de la práctica, cuando lo único que queríamos era volver a la u. Cuando pusimos una pata adentro, nos dimos cuenta de que era una completa fomedá, porque lo que queríamos no era volver a las latas y las asistencias obligadas, sino a los amores de un cuarto de vida (o un quinto, por ahí).
Leo esta entrada y me pone feliz imaginarte con ensalada sobre la cara. Yo, la verdad, preferiría comérmela sobre una pizza y, en el orden de cosas imposibles, volverme más delgada mientras más como, jajajaja.
Te adoro, gila.
es raro. mientras más tiempo libre tengo, más cosas tengo que hacer. aunque nadie me crea.
aun no puedo llamar a vtr pa cachar si es más barato internet o si por fin tienen el triple pack en esta comuna periférica. todavía no organizo el álbum familiar y la nueva pared de fotos. tampoco he pintado mi pieza. y me da una paja enorme ordenar la cocina.
el ocio es un invento. o mejor dicho, siempre se puede inventar algo que hacer.
supongo.
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